Termas de Caracalla Reservas

Esta reserva consiste en una Entrada Pre Pagada que permite el acceso a las Termas de Caracalla. Con esta entrada se pueden visitar todas las áreas accesibles, incluidas las exposiciones programadas.
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Estas reservas para visitar las Termas de Caracalla no se pueden modificar (fecha y hora) ni cancelar. En ningún caso, por tanto, será posible conceder devoluciones, ni siquiera parciales.

La entrada permite el acceso a cada sitio solo una vez.
Es necesario pasar controles de seguridad del metal detector. Los tiempos de espera para estos procedimientos obligatorios no se pueden evitar.
No olvide traer un documento de identidad o pasaporte válido (uno por persona).

Italy Travels no es responsable de cierres inesperados del monumento, cambios en el recorrido, cancelaciones o demoras en la entrada debido a fuerza mayor, condiciones climáticas adversas, huelgas de personal o decisiones de la Administración del Museo por razones de seguridad y orden público.

Las TERMAS DE CARACALLA - Las Thermae Antonianae, uno de los complejos termales antiguos más grandes y mejor conservados, se construyeron en la parte sur de la ciudad por iniciativa de Caracalla en 216 d.C.
La planta rectangular es típica de los "grandes baños imperiales". Los baños no solo eran un edificio para bañarse, deportes y cuidado del cuerpo, sino también un lugar para caminar y estudiar. Se entraba en el cuerpo central del edificio con cuatro puertas en la fachada noreste. En el eje central puede observar en secuencia el calidarium, el tepidarium, el frigidarium y el natatio; a los lados de este eje, otros entornos están dispuestos simétricamente alrededor de los dos gimnasios.
Las Termas de Caracalla son uno de los raros casos en los que es posible reconstruir, aunque en parte, el programa decorativo original. Las fuentes escritas hablan de enormes columnas de mármol, pisos de mármol oriental coloreado, mosaicos de pasta de vidrio y mármol en las paredes, estucos pintados y cientos de estatuas y grupos colosales, tanto en los nichos de las paredes de las habitaciones como en las habitaciones más importantes y jardines. Para el suministro de agua, se creó una rama especial del acueducto Acqua Marcia, el Aqua Antoniniana.
Restaurada varias veces, la central térmica dejó de funcionar en el año 537 d. C.

Termas de Caracalla - Esquema histórico

Septimio Severo se convirtió en emperador en 193 d.C. y decidió consolidar el poder de su propia dinastía al inaugurar un ciclo de nuevas obras públicas que generaron un gran apoyo popular en ese momento, imitando a los grandes predecesores como Vespasiano (que hizo construir el Coliseo) y Traiano (promotor de la construcción de la Basílica Ulpia).

Así, el emperador Septimio Severo y su hijo Caracalla construyeron esta enorme Terma que, según las fuentes, cubría cien mil metros cuadrados y podía acomodar hasta diez mil personas. Las termas, iniciados en el 206 e inaugurados en 217 por Caracalla, fueron diseñados siguiendo el modelo de Trajano, que no estaba destinado a simple placer e higiene, sino a satisfacer en primer lugar las necesidades de la clase alta, de aquellos que andaban solo para nadar o un sauna, sino como en cualquier club de élite, para pasar una tarde de relajo, para reanudar una lecturas o incluso para conocer gente o cerrar un contrato.

Las termas de Caracalla ya no están en uso desde el siglo VI, cuando los Goti invadieron la ciudad y destruyeron el acueducto al interrumpir la distribución del agua. Los restos imponentes que surgen a la sombra del Aventino no pueden dejar de dar una idea parcial de la majestuosidad de las termas. Además de los ambientes termales, había bibliotecas, una griega y otra latina, galerías de arte, salas de reuniones y un estadio. Los edificios estaban rodeados de paseos arbolados con fuentes, parques infantiles, arcadas. Los materiales utilizados para las decoraciones fueron de gran valor y valor artístico como lo demuestran los mosaicos visibles en los Museos Vaticanos. Las esculturas a menudo eran ornamentales, como las dos cuencas de granito que se exhiben actualmente en Piazza Farnese, o las tres esculturas gigantes: el Toro, la Flora y el Ercole, ahora en el museo nacional de Nápoles.

Hoy queda muy poco de la grandeza de los baños originales, saqueados repetidamente a lo largo de los siglos.